sábado, 7 de noviembre de 2009

domingo, 27 de septiembre de 2009

Enunciaciò # 5

Foto: Nicolás Manzano


Cuando lo mandaron a despegar su primer cartel, lo que más le molestó de su humillación extremadamente pública, no fue tener que soportar con sonrojo la dolorosa tarea de quitar una idea ilegal, fue que el guardia de turno, con pocos argumentos para defender sus acciones, abogara por su extranjería como razón de peso para sus vandalismos. Desde ese día, con la disciplina del desconfiado, con fobias y secciones, jamas volvió a separar a la persona de la función que realiza y lo que esto genera. Porque Julio entendía que era necesario cambiar algo, y que si a profundidad no sabía muy bien qué, sabía que a él le había tocado, de primera mano, el más complicado de los presagios.


Promulgó un principio básico de clasificación y determinó qué le generaba qué. Depurando, cual proceso, a quien no es apto. Manteniendo su repulsiva distancia con quien fomentara una sospecha de identidad, algo que no estuviera completamente definido como institución o mito. Que no quería que la especulación de los ornamentos se confundiera con las capacidades apreciativas de sus conductas. Ya no le interesaba, ni siquiera, obtener algún tipo de retribución por sus buenas acciones, como una desmotivación sistemática consecuencia de la reclusión más represiva, y se fastidió. Tanto adorno para él mismo aburre, dijo. Por aquí ya no importa mucho, casi como ejercicio se mantuvo en vilo de algún enemigo, pero las cosas se ponen sencillas cuando se justifican con un desorden, con que no se siente bien y quiere descansar, dice. A veces ya ni escribía. La dialéctica, contaba ahora, sólo había servido para separar, que lo de Barranquilla era tonto. Y se fueron yendo todos, quedaron los que les dignificaba el trabajo, a los que leer los hará libres, gritaban. Pero no fue todo tan sórdido, había a quienes les convenía estar ahí por generación. Eran los que apostaban a la historia encandilados por los pulsos estéticos del racionalismo máximo. Las confusiones típicas de los inquietos, decía. Y se fue. Dejando el nombre para las justificaciones más insólitas desde su extranjería hasta su solución. Vamos, que ya no había que quitar más pancartas. Se dice menos y se hace más desde adentro, dijo. Para integrarse más, ensayó su falta y mantuvo un trato cordial con los enemigos, para mantenerlos cerca. El más justo y democrático de todos los derechos: La Libertad de Asociación.
Ya por aquí no pasa mucho.


Anaxágora, 2009.

sábado, 22 de agosto de 2009

Miss uñas de los pies

Cuando abrí los ojos por segunda vez en mi vida, tenía 18 años y estaba sentado en una calle mojada con gente desmayada, después mas nunca intente abrirlos, pero hace como tres días perdí el control de mi pie derecho, se movía por todos lados libre, iracundo por no ver, se raspaba contra cualquier pared, espejo, muro, columna, arco, monumento, estatua, crucifijo, limando las uñas de sus dedos, afilándolas, endureciéndolas, justificándolas; así pues llegamos hasta la madrugada de hoy, el pasillo blanco de la clínica estaba lleno de rastros rojos amarillos y pequeños pedazos de piel y grasa. Se acerca un doctor de nariz grande de pasos pequeños de miedo en la voz : ¿qué pasó como te pusiste así?
- todo empezó hace como 20 años mi pie derecho se salio de control, no me importo la principio, empezó a afilar sus uñas, empezó a tener mal carácter, pero nunca pensé que perdería el control hasta hace unos meses, parecía obediente caminaba hacia donde yo quería se movía con la fuerza q yo necesitaba; de pronto atacaba gente por la calle, el zapato protegía a las victimas de sufrir lesiones por culpa de miss uñas, pero pronto aprendió a romper los zapatos a causar heridas en peatones, papas, presidentes, prostitutas, porcentajes, puertas, pisos, platos y así fueron pasando cosas hasta hoy en la noche, estaba viendo una película de un asesino q mataba gente con un taladro cuando mi rodilla se empezó a inflamar, crujía y se sentía extraña pero agradable, estaba un poco fumado así que decidí dormir como a eso de las 12, vuelvo a abrir los ojos repentinamente, recuerde doctor q yo no abría los ojos desde los 18 años y lo ahí a mi pie derecho con las uñas brillantes y plateadas como la luna, como la saliva de tayson, dispuesto a patearme la cara, empezó por los parpados, la uña del dedo gordo se incrustaba en la carne entre el hueso y la piel, luego los labios me los desprendió con un solo movimiento, con todos los dedos del pie rompía mis cachetes, la nariz, luego, salió por la ventana y fue ahí cuando lo perdí de vista, como supuse que lo merecía vine hasta acá a bordo de mi otro pie, pero se q no hay nada q hacer.

martes, 11 de agosto de 2009

Amor sincero


Me gusta cuando sangras, amor mío, soy sincero.
Me gusta cuando tus lágrimas rancias cubren la delicadez de tu rostro lleno de ronchas coloridas a causa de tu hemorragia. Sangre por todo tu delgado cuerpo, finos riachuelos que recorren tu vellosidad de selva amazónica en un instante.
Te vuelves insoportablemente atractiva a mis ojos.
Tu sólo olor provoca mareos, ¡oh diosa de incesante sudor axilar!
Abrázame con pasión.
Pega tu cabeza al techo y ráspala con furia incesante, muérdete las encías en señal de éxtasis, parte tus dedos repetidas veces y no parpadees. No parpadees.
Muéstrame tus frescas heridas.
No dudes en besarme, destruye mis labios con tus podridos y afilados dientes; sonríe para mi. Piénsame cuando no estemos cerca.
Dulce criatura con polio,
reina jorobada,
espectáculo de arrugas,
¡déjame lamerte!
Beso tus cadillos cada noche de placer y pienso en mi dicha. Llenas mi cama de oscura sangre con coágulos tóxicos que me ayudan a recordarte.
Rásgame.
Exótica pestilencia hecha mujer.
Abrázame con putrefactas tetas y no me dejes solo cuando aúllo
Estrangúlame

martes, 28 de julio de 2009

Julio


A Julio se le olvida todo. Mentira, no es que se le olvida, es que se hace el loco porque todo le da flojera. La verdad es que lo único que quiere es quedarse echado, deseando hacer otras cosas y al mismo tiempo rogando no conseguir fuerzas para levantarse del cómodo sofá y disponerse a hacerlas. Prefiere ver como las ratas voladoras fluorescentes se comen a las mariposas y vacilan a los gatos. Y no duerme, no duerme ni un momento del día, por eso nunca tiene fuerzas para levantarse del sofá. Y en las noches se queda jugando dominó con El Perico, o agachado escuchando la lluvia, que le recuerda sus días en el Submarino Amarillo y La Divina Pastora. Esos días en que comía cereal y no conocía a Tiburoncín. Pero estaba Mandy, claro, cómo olvidarse de Mandy. Cómo olvidarse de la larga melena rojiza y la voz de león y de las promenades entre los árboles. Julio había perdido ya diez quilos, (es que lo operaron de las cordales, pobrecito), pero es que también le da flojera comer. Mentira, no es que le da flojera, es que se le olvida. Las visitas de su compadre Omar no lo animan mucho, y es de esperarse, ese tipo es un amargado. Además, sus dientes frontales son desagradables, hay más de un centímetro de distancia entre ambos, y a Julio le molesta intensamente recibir chorros de saliva cuando menos se lo espera. En realidad lo que más le fastidia es tener que fingir que le escucha, porque su cabeza sigue en los gatos del Perico, en las ratas voladoras fluoresentes comiendo cereal y en las mariposas atacando a Mandy. Mandy y su larga melena rojiza. Y todo este tiempo esperando una carta, una llamada, un aviso, ya no recuerda ni de quién ni para qué, pero la espera. Julio se hunde cada vez más en el sofá, y Omar dejó de aparecer por el lugar, aparentemente se fue a Margarita por dos semanas. El brillo cegador de las ratas voladoras es cada vez menos perceptible, pero las cartas no llegan. Y la melena rojiza se hacía cada vez más larga. Es que no se da cuenta de que el tiempo corre y lo desgasta, como la lluvia que es cada vez menos frecuente. No tiene nada en que pensar por las noches, y el sueño viene a buscarlo más seguidamente. Finalmente, ya en sus últimos días, suena el teléfono. El Doctor Cohen quiere confirmar la cita. No estoy interesado, estoy esperando otra llamada. Total que los días se le acabaron a Julio, una noche de treintaiuno mientras jugaba dominó en casa del Perico. Y entonces pudo descansar en la melena de Mandy, por fin fuera del sofá y libre de las ratas voladoras fluorescentes, que emigran en Agosto hacia el Submarino Amarillo, su tierra natal.

lunes, 27 de julio de 2009

Enunciación # 2

No, bueno, no digo que no le gustara la foto, pero sí como que tenía algo raro. No sé. Algo como de maña con eso. Mira, a lo que me refería con " excentricidades" es que el pana le dedicó toda la noche a hablar sólo de dos temas, cada uno más extenso que el otro. Era como molesto. Y lo peor es que hay gente que le sigue la corriente; borrachos y eso, gente que ya no diferencia los entretenimientos. Pero el carajo, increíble. La vaina comenzó porque pusieron una canción de Zapato 3. Ya ni me acuerdo cuál era. Creo que era Uñas Asesinas, la que es original de La Seguridad, como todo carajo normal sabe. Bueno, no bastaron dos compases de la canción para que el marico dijera: "Qué bolas esa canción ¿no?". Y ahí ya todo el mundo sabe cómo es la vaina. Que si Yatu, Cangrejo y la cocaína de mis bolas. Como diez horas hablando del impotente rock venezolano/rock hecho en Venezuela (como si alguien supiera la diferencia). Uno, bueno, tú sabes, de lo más cordial, bebiendo, tratando de cazar un hueco en el discurso para cambiar el tema. Como pa' que se callara. Nada. Lo más arrecho de todo, sin que me quede ninguna duda, es la narrativa del carajo. Impresionante. "Es durísima", decía el bicho. Y cuento tras cuento de cada figurín de la movida, como lo llamaba él. Con el tonito, claro. "Y me complace...". Su madre, vale ¿Pero a quién carajo le importa hoy en día porqué mierda se separó La Muy Bestia Pop? En serio ¿a quién? Con una media sonrisa de marico. Todo le daba risa, aparte. Cualquier vaina que le dijeran era una risita. Es que me acuerdo y me da arrechera. No porque no se haya callado en horas, balbuceando teorías mal armadas sobre la importancia que había tenido el rock venezolano de finales de los ochenta en la desintegración sistemática de la plataforma política venezolana. "Políticos Paralíticos, Miraflores, Paul Guillman pegando gritos por otro lado... Adiós cuarta república, brother". Lo peor de todo vino después, cuando Claudio Soler cambió la música, tratando de que no sonara algo parecido al rock en español. La tensión como que se fue yendo, pues. La gente empezó a conversar en grupo. A dialogar. Bailó gente, cantaron feliz cumpleaños y vaina, todo tranquilo. Comiéndonos la torta fue lo que te digo. Primero porque el bicho se comió como cuatro pedazos de torta y quesillo, y segundo porque el carajo se sentó solo frente a una foto que había puesto Andreína en una de las columnas, tipo para decorar el salón de fiestas y tal. Una foto equis, una vaina en blanco y negro de estas predeterminadas de Windows. Solo, ahí, como si nadie lo estuviera viendo. Qué cosa más rara que a la gente le gusten este tipo de mariqueras. Ahí mismo se le sentaron dos al lado, y que a conversar sobre la foto. Nojoda, más vale que no. "La Fotografía es más filosofía que arte plástico", decía. Cada vez tenía más gente alrededor el carajo, y se reía, aunque parecía que en cualquier momento iba a llorar. No quedó más que escucharlo. Me serví otro trago y confieso que me distraje con una historia que contó sobre un fotógrafo documentalista. Capa, creo, uno que murió por una mina antipersona. Antes de morir, dijo, entregó su cámara a un soldado para que salvara las fotos. Ya eran como las tres de la mañana cuando gritó: "¡Playa!", y se rió muy raro. Yo me fui sin saber qué hicieron.

viernes, 24 de julio de 2009

Filia 315

Hace sueño, perdámonos en el sopor. Dejemos las escenas para después, olvidémonos del tráfico, del pánico y de nosotros. Entreguémonos a la casual informalidad de romper tontos paradigmas, vamos a saltar charcos, abandonar la academia, repudiar los modales. Busquemos un vicio que nos lleve a una sana locura. Ignoremos las señales de tránsito. Es hora de cambiar las películas por actos imaginarios, sudemos vodka, bebamos lágrimas, cantemos, lloremos. No dejemos todo para mañana. Combatamos a Morfeo y su polvo sedante, ¡luchemos! ¿sí? No, mejor durmamos.

martes, 14 de julio de 2009

El filo de la azotea cortaba mis ojos, dividiendo la imagen entre lo opaco de la miseria y la hipocresia del dinero, yo era el gigante de pupilas dilatadas con grandes piernas de cemento. Temblaban mis pensamientos, y mis manos hacían un enlaze con el verdor de algunos ojos y de algunas hojas, puestas para mi y para todos. Yo quería el vacío, los bancos, las personas, los minutos, estaban abajo gritando y haciendome temblar de risa. El cielo se incendio y se volvió a apagar, de las nubes hize una radiografía de mis pulmones, que se hacen cada vez más grises como ellas, una gota me empapó, un rayo de sol me dio las fuerzas para ser más niño. Caí al piso, caí al hedor del desarrollo y el subdesarrollo, los pasos de las personas se hicieron más lejanos que nunca y sus rostros se hicieron vacíos y sus ojos se hicieron oscuros. Al final regresé al principio, y me di cuenta que mis pies se movieron pero yo no, pude sentir como la oscuridad me abrumaba y como mis manos se deslizaban por el verde de las hojas cada vez más, pero cuando mis ojos se apagaron volví a nacer en el mueble.

viernes, 10 de julio de 2009

Para la locura no existe remedio. No hay que buscar más.

Los capítulos que nos contaron, sumando el de la Lady Malahambre, superan cualquiera de nuestras espectativas. Nunca, arguyendo todo el tiempo de nuestras vidas, se le había implementado tanta demencia a un relato. Vale decir que la imprudencia cayó bien, pero lo que nos disgustó, mas bien incomodándonos, fue la sorpresa que causó esto en las invitadas de turno.

Que si sí, que si no, que si ya no sé qué quiero hacer. Volar, vivir, vacialar, vocalizar una cancación de amor... no importa, cuando no estamos claros todo está aún más claro. Para tí, para mí y para los invitados de turno que poco a poco se fueron despidiendo todo cayó muy bien, bailaron y cantaron hasta el amanacer, creo que "lo más verosímil del mundo es vernos envejecer"

De: Jorge Saim y Arelys González

miércoles, 3 de junio de 2009

Poema dos

Noche sin luna en la que tu voz resuena
suavemente, hay un susurro silente
que va lento lamiendo los lirios de mis orejas.

Tus besos me dibujan, me hacen perfecta.

Sombra que socava mis espacios
que me eleva al paraíso de otros tiempos.

Doce, trece, catorce y quince veces.

Toco tierra despacito, vaciándome poco a poco
quedando cada vez más blanca, terrenal
preparándome nuevamente para empezar el despegue.

martes, 26 de mayo de 2009

Hoy


Hoy no tengo ni la más mínima idea de algo que pueda dejar plasmado en esta hoja digital, hoy no tengo ni la más mínima intención de violar el vacío con mis escupitajos insolentes que guardo en mi gabeta neuronal, ¡ni siquiera estoy en una silla cómoda! Quizá podría malabarear letras hasta encontrar algún sentido concreto a algo que quiera comunicar pero resulta que soy un torpe y me cuesta coordinar los movimientos; a veces tropiezo cosas y las dejo ahí rodeadas de disculpas. Y otras veces abuso de las conjunciones para poder conectar los distintos garabatos que van apareciendo en mi cerebro, otras veces repito las cosas para darle algún tipo de musicalidad musicalidad musicalidad. Por ahora, me dedico a coleccionar cadáveres exquisitos, leerlos, doblarlos estrepitosamente y arrugarlos, es inevitable. Hoy no sé por donde comenzar, no sé por donde terminar y tampoco sé como dejar de retorcer los dedos de los pies cuando pienso en lo que voy a escribir, me siento lo más comodamente posible, coloco mis dedos sobre el teclado negro y dejo que la incertidumbre dictamine la ficción. A veces me gusta jugar con el silencio, moldearlo, regocijarme en su densidad, otras veces lo saturo y éste me insulta por mi atrevimiento (¿qué carajo te pasa a ti, vale?), sin embargo, dialogo amablemente con él hasta que me permite usarlo sin ningún tipo de condiciones. Sinceramente, me resulta simpático. Hoy, ahora y ya, me decido a no prestarle mucha atención a los discursos engañados y fortalezco mi poca tolerancia. Aglutino estupideces, las coloco en ésta superficie blanca, me rasco la cabeza incontables veces y las dejo ir, las dejo empezar a formar parte de la gran red dominante. Ojos sordos y oidos ciegos

lunes, 25 de mayo de 2009

Póngale título a la incoherencia

Piedra, papel o tijera, usted está forzado a escoger alguna de las armas asesinas que se le presentan a la mano desnuda, uno, dos, tres, existe poco tiempo para pensar, estudiar al enemigo, no debe mostrarse nervioso, sino su oponente sabrá perfectamente que hará después, piedra, papel o tijera, retumba en su cabeza, tamborcitos inclementes que perturban la memoria. De usted, jugador, guerrero o luchador depende la victoria, el principio o fin inmediato del aclamado elixir del éxtasis, uno, dos, tres, otra vez, tres, dos, uno, uno, dos, tres, ¡vamos!, usted puede, escoja, su contrincante desconoce su opción, deje que la misma mano goteante sea el juez decisivo, seguramente el arma será la más propicia, deje que su respiración se desacelere cuando le provoque, réstele importancia, cálmese, olvídese de las tontas sacudidas de sus dedos, piedra, papel o tijera, uno, dos, tres, ¡ya!

Horas interesantes


Dos, tres, cuatro, cinco y seis.

-Lista? arriba, arriba! apúrate que vas tardísimo.

Salió de su casa corriendo como una loca, sin maquillaje, ni perfume, ni aretes ni gracia alguna. Sólo alcanzó a comerse un pan canilla con aire y un vaso de agua natural, tal parece que cuando vamos tan de prisa la salud y el desayuno terminan pasando hambre.

Cuántas veces olvidaste que los días terminan a las doce, y seguiste y seguiste y no paraste hasta las dos?

De seis en seis se va pasando el tiempo que resta respiros dejando vacío.

domingo, 24 de mayo de 2009

La Oveja Negra.

La Oveja Negra quería fumar Monteávila en Anagrama.
Chao.

miércoles, 20 de mayo de 2009

LA ALUCINANTE HISTORIA DE RESPIREITOR Y MR. J

Érase una vez un niño llamado Jaimito que nació con un respirador.
Era perfectamente sano, lo único que no tenía era unos pulmones.
Jaimito creció en gracia y sabiduría; le gustaba mucho leer, especialmente a Nietzsche y alguna que otra novelita rosa: se conmovía hasta las lágrimas con lo que contaban ambos; dibujaba arrechísimo, tanto que ya tenía su propia historieta, con todo lo que esto implica: palabras, dibujos y hasta un superhéroe enmascarado. Entregaba todos sus ejercicios del Álgebra de Baldor sin ningún error. Todo correcto. También prendía la televisión sólo para ver el Show de Lucy con su respirador. Lo único malo eran sus chistes.
Su respirador y él se llevaban muy bien, hablaban de arte, de religión, de sexo y violencia tipo A, B y C, de comida y de política, todo en varios idiomas. “Respireitor”, le decía de cariño Jaimito, porque lo había salvado, y lo salvaba día a día.
Al respirador Jaimito le parecía fastidioso, pero igual, sin ninguna razón aparente, pasaba todos los días de su vida junto a él, y hasta lo consolaba cuando leía a Nietzsche o alguna novelita rosa; le secaba las lágrimas y también le limpiaba los mocos.
Jaimito siguió creciendo, y un día entró a La Universidad y se hizo amigo de unos bohemios, a quienes les gustaba mucho Nietzsche y las novelitas rosa, pero no los superhéroes enmascarados (ni tampoco los desenmascarados).
Jaimito quería fumar marihuana y ser feliz y normal como sus nuevos amigos, pero su respirador no lo dejaba. Entonces empezaron los problemas entre los dos. Jaimito se rebeló, empezó a escuchar a Morodo y a fumarse siete porros diarios, y cuando prendía la televisión ya no quería ver a Lucy, la pelirroja, sino a Los Simpson y a Tila Tequila. Empezó a odiar a su respirador porque, cada vez que fumaba, éste le mordía la nariz y le sacaba un chichón con pus. Era entonces cuando Jaimito lloraba, durante horas, a causa del dolor y del olor.
Los amigos bohemios de Jaimito se preocupaban cada vez que veían las pústulas en su nariz, (después de darse cuenta de que no era acné), así que le preguntaron qué pasaba y Jaimito les contó la situación que padecía a causa de su respirador. Ellos, horrorizados, le dijeron que el respirador era sólo un manipulador y que, si no podía lidiar con sus gustos, no aceptaba su personalidad y le negaba su libertad, debía deshacerse de él; pero Jaimito tenía miedo de morirse si se lo quitaba.
Entonces, un día que Jaimito estaba tripeándose su nota en el sofá de su casa mientras veía un video de los Red Hot Chili Peppers muy sicodélico, decidió probar cómo le iba sin su respirador y resolvió quitárselo. Pero el respirador no quería dejar a Jaimito, porque era sádico y le gustaba verlo llorar, por eso lo dejaba leer Nietzsche y novelitas rosas, por eso no le permitía escuchar a Morodo, y por eso también le mordía la nariz; así que el respirador chilló y pataleó y lloró y le suplicó que lo dejara quedarse, ¡él había salvado su vida y le había limpiado los mocos y no se merecía lo que Jaimito le estaba haciendo! Pero los amigos bohemios de Jaimito ya le habían advertido de todo esto, así que no lo escuchó, se lo arrancó de la cara y, ¡KABOOM!, lo tiró a la basura.
Al cabo de siete días, Jaimito vio que había tenido razón, que todo estaba bien y que su respirador era totalmente innecesario, así que fue a La Universidad, le contó su descubrimiento a sus amigos bohemios, que se alegraron por él, y todos, menos el respirador, vivieron felices para siempre.

martes, 19 de mayo de 2009

Un cadaver inglés

Hagamos un cadaver exquisito, delicioso, simpático, un poco podrido y repleto de secreciones nasales. Escribe antes que devore tu cerebro como un dulce. Puntos suspensivos.
Habla, abla, bla, la ¡aaah! No hay nadie en el cuarto, sólo respiraciones sin vida, muertos cuyas exhalaciones traspasan los vidrios y salen a la nada, más nada. Gesticula y a veces escupe, sin darse cuenta que es conciente de que está hablando sola. Bla, bla, bla, blahhh...
Todo lo que digo de noche parece sólo un bla bla bla... palabras sin ningún destinatario, palabras al aire, ondas de sonido expandiéndose por la habitación, chocando con las paredes... pero hablo contigo, que no te veo pero te siento, que no te veo pero sé que estás ahí.
Y sigues siendo bella aún así, cuando te veo y cuando no, cuando estás y no estás. Has hecho que mis ojos, fieras negras ardiendo en llamas, se derritan por la forma en que me miras.
Te ordeno que no me sigas mirando con esos ojos afilados, quítatelos y guárdalos en tu bolsillo favorito, libre de suciedad. Y déjame jugar con tus cuencas, ¡diviérteme!

lunes, 18 de mayo de 2009

una papelera roja

Sigo siendo una papelera roja sobre el piso. Yo no digo nada sólo escucho de más y pienso, a ratos me aburro verticalmente, llena de desperdicios y recuerdos, de basura y trozos.

¿Por qué tanta intensidad? Algo así como los rebeldes de las letras, los iconoclastas renegados, los destellos del sol que se filtran a través de la pared y copulan con el humo.Cigarros aplastados. Cigarros fumados. Cigarros muertos. Silencios nocturnos. Por las noches, me pudro en el aburrimiento, pienso en suicidarme pero no sé como hacerlo; no puedo moverme.

Soy una papelera pero también soy basura y hojas, restos de historias y vivencias cotidianas. Vicios y virtudes licuadas. Estoy desnudo, firme y no creo en nadie; a veces me quitan el sombrero negro y me arrojan cajas grandes de pizza. No importa, son sólo coágulos, coágulos de gente, de comida, de líneas, de colores, coágulos de letras. Coágulos de apatía, de días e ironías.

Soy una papelera roja y sin mayúsculas.

martes, 5 de mayo de 2009

MELLIZAS QUE SE HACÍAN LLAMAR MARTA Y MIRTA


A finales de mes pasaba que anunciaban el espectáculo de Marta y Mirta. Esto, sazonado con Sierra Maestra, cocinaba un rico pastel prohibido para todo cubano bien nacido. Como la manguera apunta y el deseo dispara en dirección contraria a la dignidad, allí estaba yo esperando que las mellizas aparecieran en escena. Todos los meses debía esperar las predicciones del Juventud Revolucionaria o sobornar a la vieja portera para precisar las presentaciones. Así como la sangre de los traidores corre, así se mezclaban los sudores y las hormonas en el bar clandestino Los Almendrones. Pedía un ron o, si precisaba una araña ansiosa de ser devorada, me pedía dos y hacía que conocía todas las de Garay. El caso es que comenzaba un repique de tambores y todos callábamos. Marta (o Mirta) salía con un vestido largo de terciopelo rojo y Mirta (o Marta) disfrazada de algo que parecía una sirena entre puta y diosa, aún no lo sé. Después de reclutar nuestras miradas jugando con cagadas imperialistas, atornasoladas y de lentejuelas, se hacían quitar los tacones por un niño con bozo prematuro y Mirta (o Marta) comenzaba a cantar en un idioma que podía ser polaco, sueco, ruso o de la mismísima mierda. Sonaba: Azchbín Azchbín y todos, inertes, recorríamos la indecencia de esos cuerpos extranjeros, con músculos de experticia y escondites caros, muy caros para una Habana que apenas tenía queso de verdad. Era siempre igual, al terminar de cantar Mirta (o Marta) fingía una tos arrastrada que reclamaba un escalofrío general: era la hora de las almejas. Marta (o Mirta) tomaba una silla y se sentaba con las piernas tan abiertas que era fácilmente reconocible su tranca gorda y sin pelos ansiosa de frutos de mar. Mirta (o Marta) tomaba las almejas con la boca y, tras perderse en el entrepierna de su melliza, daba espacio para que todos, incluyendo al niño súper-desarrollado, viéramos cómo las almejas eran devoradas por las lenguas cervicales y vueltas a escupir, ganándole la guerra un molusco a otro. El salitre se pegaba a la madera y todos, por más defensores de la patria que fuéramos, queríamos convertirnos en almeja y Deja que suba la marea...

viernes, 1 de mayo de 2009

Para los sabidos.

El Silencio es el Notepito.




(los no sabidos deben preguntar a los sabidos).

viernes, 24 de abril de 2009

Así se hace un soneto

Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto:
burla burlando van los tres delante.

Yo pensé que no hallara consonante
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto
no hay cosa en los cuartetos que me espante.

Por el primer terceto voy entrando
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.

Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.


De "La niña de plata"
Félix Lope de Vega.

jueves, 16 de abril de 2009

que hable tony

Su cara cansada, pálida y ojerosa; sus manos grandes y pesadas se acomodan incómodamente en un cuerpo regordete, recubierto de una piel café con leche, estriada en zigzags que a su vez esta protegida por una camisa blanca y un pantalón negro que resulta ser su uniforme de taxista. Todos los días, mientras cepilla sus dientes inunda el lavamanos de bilis, mientras estudia su rostro en el espejo intentando descubrir alguna nueva arruga, a veces con una tijera oxidada empareja su bigote con ligeros movimientos; otras veces se afeita un solo brazo para comprobar la automatización. Tony es un doliente del mundo moderno, en su época universitaria era un aguerrido ingeniero comprometido con su propia conciencia, iba a las cárceles a enseñarles engañosas doctrinas políticas a los profesionales de la sinceridad; hablaba del abuso del hombre y trataba a sus iguales de “burguesitos acomodados”, cuando sentía la inspiración recorrer el cadáver de sus ideas, escribía largos y noctámbulos poemas sobre amigos victimas del empalagoso suicido adolescente. Un día, Tony con su cuerpo regordete y su bigote aún juvenil, repetía agotadoramente su discurso sobre la conciencia social a su acompañante, para conseguir al final un poco de látex y vellos juntos en la misma epopeya, ese día estaba particularmente de acuerdo con su ideología y caminaba hablando con Ana sobre, la libre sexualidad, la igualdad entre hombres, la función de un bueno gobierno y otros asuntos, su apetito sexual era tal, que levanto del piso a dos indigentes morochos, de pelos sucios, uñas sucias y conciencia fermentada; envalentonado con su voz de partidista comenzó su dialéctica desafinada.
- Ustedes, deben saber que son iguales a todos y tienen derechos.
- Ustedes dos son producto de un sistema podrido por culpa de corruptos y salvajes, en un sistema diferente podrían optar por una vida digna.
Cuando termina la oración ambos indigentes se paran y sonríen con sus escasos dientes y uno con un balbuceo producto del desuso del vicioso lenguaje intenta dialogar, mientras el otro suavemente acariciaba un tenedor afilado que guardaba en uno de sus bolsillos
- ¿entonces yo soy igual que tú y tu amiga?
- Por supuesto, en un sistema justo todos tenemos los mismos derecho por eso luchamos nosotros
- ¿Y ese sistema justo depende del hombre?
- Claro, de hombres justos
- ¿Tú eres un hombre justo?
Antes de que Tony pueda exponer su respuesta, el indigente del tenedor se abalanza sobre Ana y con su tenedor bien afilado trincha con un movimiento lleno de gracia el ojo de ella que empieza a escupir sangre, se voltea y en un ensueño de ballet atraviesa la mano de Tony con el tenedor y grita con sus pocos dientes.
- Ves que nadie es igual gordo hijo de puta, yo ni soy igual a este cabrón parecido al lado mío. Tú tienes los condones en la boca y en los ojos. Todo es violencia y tú no tienes una mierda que decir, abusaron de ti y te sientes orgulloso. Esto es una gran declaración.
Después de este incidente, la precaria ideología de Tony desapareció, se retiro de la universidad, empezó a visitar burdeles en vez de hablar sobre los rojos, azules y negros de la historia para conseguir sexo. Al poco tiempo empezó a ganarse la vida en su carro como taxista, le dieron su uniforme y así vivió atormentado hasta hace pocas semanas que decidió enfrentar su situación, que tan ajena le era. Para solucionarla, compro un revolver, empezó a afeitarse el brazo derecho o el izquierdo cada cierto tiempo intentado producir alguna reacción, pero ninguno de sus colegas lo notaban.
Tony cansado y desesperado pensaba que hacer con el revolver, tenía meses en la guantera cargado sin ser usado, daba vueltas a la ciudad, cuando dos morochas pararon su taxi, inmediatamente se subieron en la parte de atrás y empezaron a hablar entre ellas sobre sus enamorados y alguna otra ensoñación, mientras los cadáveres añejos de las ideas de Tony se movieron epilépticamente, este desacostumbrado a este movimiento neuronal las veía por el retrovisor, mientras planeando paso a paso todos sus movimientos, manejaba kilómetros con sus torpes manos sudando y su bigote temblando de nervios, al llegar a un punto suficientemente oscuro de la vía, busco en la guantera su revolver plateado y sin serial, las apunto mandándolas a bajar del vehículo, las dos obedecieron disciplinadamente entre miradas incompletas de pánico, las mando a sentar al lado de la defensa; él hiperventilaba y para disimular los quiebres de su voz, gritaba.
- ¿qué tienen que decir? ¿Qué tienen que decir?
Al unísono, las dos con una voz mas confiada que la de Tony.
- No nos mate señor por favor.
- ¿Qué pueden decir? Que se puede decir, que no se halla dicho nunca.
- No se señor, pero no nos mate, no nos mate.
Tony desesperado, apunta su revolver al cuerpo de una de ellas, y con el otro brazo se cubre la cara, disparando varias veces sin acertar, las dos corren y se pierden de vista en las oscuras curvas, antes de que él descubra su cara para observar, su nuevo fracaso.

Abatido y cansado revisa su revolver que ahora tenía tres balas menos, acelera su pequeño carro blanco a través de las curvas sintiendo el viento aplastar su calva senil, su expresión cambia junto con las pulsaciones de su corazón, sus pupilas se inundan de sangre y sus uñas agrietan la imitación de cuero que recubre el volante, en ese momento un muchacho de camisa marrón mueve enérgicamente su brazo, Tony detiene el vehículo frente al joven y le pregunta histéricamente
- ¿qué tienes q decir? ¿qué es lo nuevo que tienes que decir?
Responde con voz dudosa
- hay q salvar al mundo, la capa de ozono ahorrar energía.
Tony eufórico saco de la guantera la pistola y empezó a disparar, apretaba el gatillo iracundo una y otra y otra vez, nada más disparo tres veces pero lo apretó el doble o el triple para conmemorar su logro, luego arranco a la velocidad indicada y manejo sospechosamente bien durante todo el camino hasta llegar a su casa para dormir con una profunda sonrisa.
Hoy Tony no llenaba el lavamanos de bilis con quejas, su bigote brillaba, su calva se disimulaba, recargo el revolver sentado en su cama, mientras veía su barriga más pequeña, sus piernas más musculosas, la cicatriz del tenedor de hace tanto hoy había desaparecido, su cara le repetía algo, así decidió no ir a trabajar para dedicar un día completo a su pasatiempo, manejo hasta las afueras de la ciudad usando todos los espejos del carro, para estudiar su nuevo e impresionante estado de bienestar, cuando un joven manco gritaba – taxi!! Taxi!! Mientras agitaba su elegante muñón en el aire, Tony decide usar la misma fórmula pero esta vez con el pequeño revolver en el bolsillo
- ¿qué tienes que decir? ¿Qué es lo nuevo que tienes que decir?
El manco cambia su expresión de letargo por una sonrisa, Tony saca el áureo revolver de su bolsillo y lo apunta torpe pero decididamente, el joven manco con voz benevolente buscando algo en su bulto señala “todo esta permitido”; en pocos segundos su brazo derecho sostiene con su única mano su otro brazo lleno de llagas, tostado y firme; con la destreza de la incapacidad golpea con su extremidad amputada la muñeca del pistolero, el revolver cae al piso al momento que Tony recibe la palmada de una mano muerta en la cara que rocía el tablero del carro con geométricas gotas rojas, el manco golpea tres o cuatro veces mas la cabeza y el pecho con lo que era su brazo izquierdo al tiempo que Tony intenta bajar del vehículo para enfrentarlo, el agresor deja de golpear para apartar el revolver y alejarlo de la acción, Tony se incorpora y su gran barriga cae como las gotas que corren por sus parpados y nariz, nuevamente el diestro golpea fuerte en los hombros también en la barriga, Tony aturdido babea el crudo asfalto que lo recibe duramente cuando cae, sigue golpeando el manco hasta dejar inconciente al ensangrentado taxista, se sienta sobre su cuerpo y con su muñón golpea cariñosamente la cara de este, guarda su brazo en el bolso y saca un cortaúñas que tenia una flor amarilla y unas grandes letras en relieve “ para chicas como tú” -ahora empezaras a ver- con la única mano que operaba desmenuzo poco a poco el parpado de Tony, los labios del cortaúñas masticaban poco a poco la fina membrana dejando al descubierto el globo ocular que se movía epilépticamente y que no tenía nada que decir.

martes, 14 de abril de 2009

"El Wao"

Por aquí decimos que esté es el lugar donde pasa lo imposible: nuestra cancha de fubolito. La gente que no es de por aquí dice que no es tan grande como la de otros laos, pero para nosotros es el equivalente al Monumental de Núñez (el monumental, el estadio de River… un equipo de fubol argentino… uno de los grandes de Argentina… ¿no?... franela blanca con rojo… ¿nada?... ¿el muñeco Gallardo?... ¿el burrito Ortega?... mmm… ¡Enzo Francescolli! ¡Por supuesto!). Aquí sucede lo imposible: paredes bicicletas pases patadas coñazos peleas penales paradas remontadas chilenas tijeras boleas palomitas en fin… todo lo que se puedan imaginar.
Y para los que siguen sin creer que aquí pasa lo imposible basta con que les cuente lo que llego antier: ¡UN CHINO NEGRO! Sí señores ¡UN CHINO NEGRO! ¡Y ADEMÁS GORDO! ¡Y CON EL PELO MALO! ¿CUÁNDO HAN VISTO A UN CHINO ASI? ¡POR DIOS! ¡No lo podíamos creer! El pana apareció de la nada, nunca lo habíamos visto. El bicho iba caminando por la avenida cuando lo vimos con los otros chinos invasores que, según se dice por aquí, vienen de contrabando encerrados en cajas con huequitos y que no saben nada de español sino los números y las cifras que aparecen en las calculadoras y que, por si fuera poco ¡nunca los puedes engañar metiéndoles un billete falso!
¡IMAGÍNENSELO! Eso fue lo que le pedí a mi mamá cuando llegue a la casa luego de joder otro rato en “nuestro monumental”… y para no perder la costumbre, no me creyó – tú siempre con tus vainas – fue lo que me dijo cuando le eche el cuento. Pero bueno, si a ver vamos, yo aun no lo podía creer.
Y bueno, pa´ vainas raras esta lo que paso en el liceo. Al profe de castellano le dio una vaina en el estomago luego de comerse una empanada piche del cafetín y no fue a clase por una semana, ¡era la gloria! Por cuatro horas en la semana hacíamos lo que queríamos en el salón, pero adivinen quien llego… la malparia gorda de la directora – ¡orden señores por favor!... se que han estado preocupados por la situación con el profesor Antonio, hasta ahora no se ha reportado, pero bueno señores como no podemos darnos el lujo de atrasarnos he aquí a su nuevo profesor… profesor Wao por favor pase adelante. Señores tengo el honor de presentarles al profesor Oscar Wao, él se hará cargo de esté curso en ausencia del profesor Antonio –
¿Cómo es la vaina? ¿El carajo que vimos el viernes cerca del “monumental” era profesor? ¿No vendía arroz ni lumpias? ¡Por Dios! Si no tomábamos en serio al profe Antonio (medio alto, medio delgado, medio catire… bueno varias veces escuche a las tipas del salón decir que era un papi) ¡que íbamos a estar parándole bola a esté pana! Es más, así hiciéramos el intento, (cosa que no hicimos) ¡era imposible! imagínense la escena: llega el pana al salón: wuenos días. Hoy vamos a vel “Lomeo y Julieta” O esto que era típico: ablan el liblo en la pagina tlentli tles.
¡CHINO, NEGRO, PELO MALO, GORDO Y PROFESOR DE CASTELLANO! ¡QUE GRAN CAGADA!
Escuche decir a las muchachas que El Wao les parecía lindo, algo extraño, pero lindo. Es más, durante las clases eran las únicas que no se burlaban cuando hacia preguntas como ¿Cuál es tu visión de la litelatula? (pregunta a la que por supuesto respondíamos con una carcajada) al contrario, le respondían pelándole los dientes las muy putas.
Durante mi semana de semanero paso lo más extraño. La profe de química (que por cierto, estaba podria´ de buena) me mando a buscarle unos talleres que había dejado en la sala de profesores, y obviamente no iba a dejar que se me pasara la oportunidad para salirme un rato del salón. Extrañamente la sala de profesores estaba vacía, no estaba ni la señora que limpiaba ni nada, así que me di una vueltita por ahí a ver que encontraba de interesante. De repente escuche algo raro que venia del baño de los profes – ¡verga están tirando! – fue lo que me imagine cuando me acerque un pelo para escuchar mejor. La imagen de la coordinadora o la psicóloga desnudas era demasiado arrecha como para no intentar, aunque sea, ver un poquito de esas enormes tetas moviéndose de arriba abajo, así que abrí un pelín la puerta para intentar ver algo, y la verdad es que me lleve una gran desilusión. Lo único que medio logre ver fue un pantalón enorme y un hilito dental rojo tiraos en el piso ¡que cagada!
En el salón la profe me pregunto que porque había tardado tanto, claro que no sabia que decirle – mejor anda a sentarte – me dijo y luego comenzó a repartir los talleres – ¿Abreu?, ¿Aguilera?, ¿Barrientos?, ¿Barrios?, ¿Bonilla?, ¿Canelón?, ¿Carrasco?, ¿Contreras?... ¿Contreras?... ¿Contreras?... – Aun esta en el baño profe – contesto una de las amigas en lo que Contreras abría la puerta para entrar al salón.
Naturalmente al sentarse, como a todas, uno logra ver algo de lo que traen bajo el pantalón que por lo general son pantaletas con Bob Esponja, besitos y vainas así, pero Contreras traía un sexy hilo rojo… ¡YA VA!... ¡YA VA!... ¿!ESE ERA EL HILO ROJO QUE ACABABA DE VER EN EL BAÑO DE LA SALA DE PROFESORES!?... NO NO NO… NO PUEDE SER.
Me pase la clase completa pensando en esa vaina hasta que sonó el timbre del receso. – ¿Qué te pasa papá? – Me preguntaron los panas, pero no les respondí y camine directo a la cantina. Ahí vi a Contreras junto a El Wao que por cierto traía las manos metidas en los bolsillos… ¡YA VA!... ¡YA VA!...
Otra vez nos quedamos sin profesor de castellano, luego de un par de semanas El Wao no volvió. Escuche varias versiones esta vez: que se fue a dar clases a otro lao, que tuvo que salir urgentemente para china, que el horario no le convenía, que lo botaron, pero con todas esas versiones a mi me gusta más pensar que le dio una vaina por la empanada piche que le puse junto a las otras dos que El Wao se comía.
Pedro Capón.

lunes, 13 de abril de 2009

62/modelo para desarmar a Paris, Viena, Buenos Aires, Londres, desarmar la ciudad para volverla un ente que camina, late y fuma, una ciudad resumida a una habitación de hotel, a una colilla de cigarrillo que golpea el asfalto y tiñe la mugre. 62/modelo para desarmar los relojes, que se derriten y forman un coagulo temporal y se tragan las palabras para llegar a la cornisa de cada párrafo, de cada frase y de cada palabra, con una sucesión mecánica pero blanda y caprichosa.
Pupilas dilatadas con la imagen de un cuadro de un Tallo de Hermodactylus Tuberosis, el mismo sabor añejo todos los días, humaredas, Hélène, un poco de aroma a sexo y a calle, los perfumes putrefactos, la mugre sublime que me arropa. Llega al metro que se desborda de seres hormiguescos que siguen el camino hacia el dinero (dulce terrón de azúcar, hoja de árbol). 62/modelo para armar/ Un boleto de ida/ Dirección/ Bajtín/ Las Adjuntas/ “Estación Antimano” (con sonidos de estática)/ Buenas tardes. Las montañas en la ciudad no esperan al sol para despertar, son adictas (como yo) de la contaminación y les gusta como se les ennegrece el nombre y el cuerpo, en la ciudad las cornetas me golpean al salir del Metro, porque son el coro infernal que penetra extenuado a mis oídos que aguardan ese suicidio a cuotas, Hélène tiene una opinión muy reservada sobre el daño de las cornetas, hasta siente que son un mal necesario, como siempre, Hélène me lleva la contraria agraciadamente. Por ahora bastará con una botella de vino y una caja de Marlboro rojo y las luces de la ciudad, además unos pulmones bien llenos de humo, se entienden de manera urbana y perfecta con unas montañas en medio de una ciudad (como la de todos), llena de circos y actores y luces y humo y ojos rojos. Menos mal, hay periódicos y cerveza, no todo está perdido.
De la misma manera Calac y Polanco discuten sobre golondrinas, mientras Juan piensa en la condesa, en cómo sus dientes desangran el cuello de una virgen, y poco importa lo que estas acciones tardaron solo importan que pasaron, solo importa que hay una condesa y golondrinas y por asociación un basilisco. Nace mi paredro, su paredro, el paredro, y viene con una caja y un caracol incluido, Osvaldo, y posee un aura paternal a larga distancia con una sabiduría aparentemente innata, es un símbolo burlístico, un constructo verbal desértico, que se explica a si mismo fonológicamente y mediante el avanzar en el texto.
Cruje la puerta y el aire se condensa, poco a poco mis manos van llegando al ápice, el tercer Marlboro en línea, al parecer alguien tuvo un accidente o se está muriendo, porque el sonido de la ambulancia invade el sonido del tecleo, invade el sonido de Tell hablando mientras se emborracha con Campari, el dolor de la persona que va en esa ambulancia podría convertirse en mi dolor, en el dolor de aquel joven en la cama del hospital, pero no, hoy el muro está armado, la ciudad cada vez me mata más por dentro, lo mata porque la ciudad está llena de humo, llena de cosas para matar (problemas políticos, tráfico, armas), y así las palabras se van diluyendo, se caen en el suelo y se dispersan, se le dificulta mucho recogerlas, ni las escobas funcionarían. Estoy cansado del humo, su sinuosidad ya no es tan interesante, ya volví a crecer, ya no quiero golosinas, sino vino (a pesar de lo malo que está).
En 62/modelo para armar (desarmar) su estructura solitaria se hace conocer burlándose de mí y de usted, estimado lector, invitándonos al sueño de infinidades que se golpean, cada vez que el pasar de las páginas da a descubrir un párrafo más bastante parecido en contextura al anterior. Mi paredro, la ciudad, Tell y Nicole, elementos actantes, recortes de periódico para un collage, que se burla de sí mismo, de su propia rebeldía y su diversidad, por la misma se vuelve un coagulo, una fábrica de prosa deliciosamente inconexa, un precipicio vertiginoso, un hilo melodramático, de los problemas de ir a la ciudad, hacer el amor o pintar gnomos para un libro infantil.
Quinto Marlboro en menos de media hora, poco a poco la respiración se hace pesada, me pesan las ideas, Alejandro decide dejar de fumar y entregarse al sopor, aún de lejos se sigue escuchando el sonido de la ambulancia ahogado por la distancia, Tell y Juan hacen el amor, se caen los párpados el sopor se hace presente, tercera copa de vino, poco a poco el cerebro se derrite en un magma de ideas, se derriten las ganas, el deseo de una compañía le atormenta, pero esta noche se que no vendrá nadie, porque nadie ha de venir hoy.
Pasos medios siguen un camino trazado de manera autómata, empiezan los saludos, Marrast fuma en su habitación de hotel, la puerta del ascensor dan entrada triunfal a la luz y a ladrillos que me esperan, para tener su razón de ser, lo esperan apacibles, Nicole deja los dibujos de gnomos a un lado. Las sombras me hablan de la mentira, me tiro en las profundidades del texto, Calac y Polanco discuten otra vez, poco a poco mis pasos se van desarmando y caen como un castillo de naipes, se me caen todas las miradas por un momento, el sabor del sol aliña mi caminar, lubricado por ventanales, el solitario instante de entrar, el solitario instante de sentarse en un salón de la Universidad Católica Andrés Bello.
Se ingiere el significante por las narices si es necesario, se desarma el espacio que se reduce a particularidades de cada palabra, que se conjugan en un abanico de significados hermafroditas. 62 (Rayuela), ácido ribonucleico, neuronas y ácido ribonucleico, pensamientos desarmados de manera vetusta, en un no saber consabido, Morelli se quedó sin tinta. Suecos y laboratorios. La ciudad está allá y Caracas está aquí. 62/modelo para armar está en el grafito y al lado de esta hoja (literalmente), Hélène está totalmente desarmada no tiene color de ojos ni de cabello y muy en el fondo es porque está en la ciudad, todos perdemos color cuando estamos en la ciudad.
62/modelo desarmado, los huesos salen a la luz.

sábado, 11 de abril de 2009

Cada mujer: un museo


Cada mujer es un museo, le dije mientras ella abría sus puertas y yo buscaba la obra perfecta en su interior. Nada encontré, sólo recorrí pasillos y pasillos de arte inútil y superficial.Cada mujer es un tiovivo, le dije, mientras dábamos vueltas y vueltas, ambos sonriendo para los fotógrafos. Flash-flash. Sólo eran apariencias que los retratos ayudaban a esconder.Cada mujer es un mapa, le dije, mientras yo intentaba trazar cartografías, nuevos caminos. Aunque todo está recorrido, uno pretende ser descubridor.Cada mujer es un punto fijo, insistí, mientras ella hacía maletas, guardaba su vida y se marchaba.- ¿Estás seguro? – cuestionó- Cada mujer – le aseguré- Nada de eso – corrigió.Cada mujer se aleja tarde o temprano, terminé por decirle, mirándola irse, dejándola ir.
Luis Humberto Crosthwite.

jueves, 2 de abril de 2009

7

Son las 10:00am, Agustín está a punto de despertarse.
-Maldito fracasado. Dice Bajtín desde la pared.
Ahora son las 10:15 y Agustín se despierta rápidamente como hace todas las mañanas. Se rasca los órganos reproductivos, va hacia el escritorio, saca un poco del polvo blanco del poder y lo inhala. De costumbres fijas y de insatisfacción necesaria, ordena una gran línea y la inhala con violencia:
¡Sniff!
En la nevera reposa el engrudo que preparó hace unos días. Esta mezcla consiste, entre otras cosas en: salsa de tomate, distintas variedades de tripas de vacas, colorante rojo, miel, gelatina, aceite y agua en cantidades adecuadas. Cada día que pasa en reposo va adquiriendo consistencia.
-Ni a Herschell Gordon Lewis le hubiera quedado tan bien. Piensa.
¡Sniff!
Revuelve su batido de sangre falsa repetidamente para que se vuelva más espeso, la deja en la nevera nuevamente y cierra la puerta. Camina en círculos por toda la habitación mientras piensa que hacer con semejante creación.
Se sienta frente a uno de sus lienzos incompletos con un chicle que consiguió debajo del escritorio, empieza a masticarlo para ver si cambia de color y descubre que no. El chicle es de color gris, con sedimentos de colores dudosos y grumos repletos de pelos. Agustín lo saca de su boca y lo coloca en el lienzo, en la parte que corresponde al ramaje de un árbol.
¡Sniff!
Mira hacia la única ventana de su habitación y sin darse cuenta aplastó una cucaracha inocente. En la calle no hay nada interesante que destacar; la panadería del portugués, el restaurante chino, la suciedad inminente de la calle, el bullicio, las cornetas, los peatones que caminan apresuradamente y las ratas. Agustín se da cuenta que si ve un poco más allá, resalta el cartel de uno de esos prostíbulos enmascarados que hay por ahí.
-Interesante. Piensa.
Decide ir en la noche para juzgar la calidad del lugar.
Se sienta en la silla de la computadora, enciende el monitor y revisa su correo. No encuentra nada interesante, casi nadie le escribe con frecuencia.
¡SNIFF!
-Maldito fracasado. Dice Bajtín desde la pared.

domingo, 29 de marzo de 2009

¿Cual es tu visión de la literatura?


Esta no es la mía, pero ciertamente se le acerca-.
Vuelve a convertirse en algo que no conozco a ciencia cierta.

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Jorge le dijo a Jorge que no encontraba su disco, que por más que lo buscara no lograba encontrarlo.
Mientras tanto, Jorge abría la gaveta y sacaba un disco compacto le decía a su compañero:
- Cuando saquemos el disco seremos famosos, ya verás.


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John Lennon conoció a Yoko Ono en una exposición que ésta presentaba en alguna galería de arte, donde la mujer había dispuesto lo siguiente:
-Una escalera.
-Una lupa.
-Una nota pegada en el techo con un mensaje para leer con la lupa, montado en la escalera.

Jhon se le acercó y le dijo:
-Algún día la pegaremos del techo, ya verás.

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Después de beber un litro de vino, otro de vodka y un par de cervezas, Francisco le dijo a Federico que probara atinar con un poco de su verde y esponjosa hierba, envuelta en el más delgado papel que la naturaleza pudiera proveer
Federico ante tal vituperio sólo logro decir lo siguiente.
- Estás como pajarito en grama, ya verás.

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No me llames brujo, llámame ya.

(Ilustración y chistes: Camilo Maldonado)

sábado, 28 de marzo de 2009

Big Boss


Todas ceden ante el encanto del inminente galán. Es el que las pone a bailar de cabeza y las hurga sin que se den cuenta. Un día te enamoró, otro día te violó y el otro te botó, y no te diste cuenta. Es el Jefe, el que corta el bacalao, la rata más sucia de todas, el hombre de las palabras certeras y dueño de todo lo que encontró hurgando en ti. No cree pero en nadie. Él habla sumamente claro y te escupe mientras lo hace; así, pisando adelante, sin frenos ni pedales. Este cabrón no tiene modales. Se deshace de todas cuando lo considera prudente, como un gurú erótico que suelta improperios mientras pisa hacia delante (y pisa a la gente). No hay ser más duro que ese maldito; él es El Maldito. Coordina orgías a su antojo, hacia delante y hacia atrás. Las féminas se sienten atraídas tarde o temprano por el macho alpha; el inminente galán soltó las redes, pescó y seleccionó la sardinita que más le llamó la atención. Es tan duro que hablándoles con violencia y sinceridad las chicas no ven otra opción que ceder. A su lado, no joda, Chuck Norris (el prohibido e innombrable) es devuelto a su infancia, “Cuando eras carajito y cagabas verde, tú comías compota y yo comía con putas”, le diría él.

Es El Pastor de las niñas bonitas resbaladizas. Líder supremo de las nalgas puestas en fila cómodamente, el hombre es un verdugo que ni las consiente. Repito, este individuo es inminente. Puro poder.


(Aplausos amputados)

jueves, 26 de marzo de 2009

Antonio



BIOGRAFÍA

Antonio se inició en el mundo del teatro, cuando hizo una audición para el Taller Nacional de Teatro, organizado por la Fundación Rajatabla, en la cual quedó seleccionado y permaneció durante tres años. Luego formó parte del grupo de Teatro UCAB, dirigido por la profesora Virginia Aponte, mientras estudiaba Administración en esta casa de estudios. Después de retirarse de esta universidad, ingresó a la UCV, de donde se graduó de Comunicador Social.

Trabajó con la Fundación Rajatabla en varias obras teatrales, entre las que destaca “Casas Muertas”, con la que fue a concursar al Festival Internacional de Habana en Cuba. Su nombre se encuentra en el elenco de numerosos montajes, tales como: “Crisis del Sexo Opuesto”, “Variaciones sobre un Concierto Barroco”, “Espectros”, “Pavlov Dos Segundos antes del Crimen”, “Crónicas Desquiciadas”, “La Importancia de Ser Positivo”, “La Pocilga”, “Anselmo y Gata”, “Una Luna para el Bastardo”, “La Cena”, “El Veneno del Teatro” y “Mínimas”, por las cuales fue galardonado con el Premio Municipal de Teatro en 2001 y 2005 respectivamente. Así como también recibió el premio Marco Antonio Ettedgui, otorgado por la Fundación Rajatabla.

En el ámbito del cine, ha participado en algunos cortometrajes: “El Cuarto Día”, de Raúl Prieto; “Adán y Eva”, de Laura Muñoz; “Onda Corta”, Carolina Vila y “El Papagayo”, de Andrea Ríos. También ha actuado en largometrajes como “Miranda”, de Diego Rísquez; “Una Abuela Virgen”, de Olegario Barrera y “Anonymous”, del director Enelio Fariña.

Ha sido miembro de varias agrupaciones teatrales como, Kaiser Soez Teatro, Teatro del Duende, Teatro Nacional Juvenil, Teatro Contrajuego y Xiomara Moreno Producciones.

Además de ser un excelente actor, Antonio es locutor profesional y realizador de doblajes. Ha sido la voz oficial de canales como People+ Arts, Discovery Channel, Discovery Kids, Travel and Adventure Channel, HBO Plus y actualmente de Sun Channel y The History Channel. Ha doblado las voces de personajes de telenovelas brasileras y caricaturas, como Mr. Harrison de la serie animada Southpark.

Se desempeñó como locutor, junto a Andreína Blanco, en el programa radial La Hora Pico, transmitido por 88.1 FM.

Su primera incursión en la televisión fue de la mano de Leonardo Padrón, con la telenovela "Ciudad Bendita". En este dramático interpreta el personaje de “Gonzalo Venturini”, quien es pareja de Carlota Sosa. No dejes pasar la oportunidad de ver las excelentes actuaciones de Antonio, por Venevisión.

jueves, 19 de marzo de 2009

Martina y ella

Apropiada muerte en vida
Martina no consigue huída
Como aquella que succiona y no se detiene
Que vive horizontal y sin sostenes
En su penosa posición
Nadie escucha su opinión
Es parte de la prostitución
Llegan, se desvisten y ella recrea orgasmos ficticios
El aberrado sujeto desearía que Martina tuviera más orificios
No le interesa su cara triste, él quiere placer rudo
Martina lo acaricia completamente desnudo
y el hombre se siente a gusto con el dinero invertido
Decide tomar el control, sube la mano y la golpea, el muy pervertido
“Tú no dices nada, déjame tranquilo y empieza a gritar”
Ella, sin pausa, comienza a hacerlo cuando en realidad quiere llorar
No importa, no es el primero ni será el último, piensa
Ante aquel repugnante hombrecillo se siente un poco tensa
Martina gime, grita, (finge), es penetrada
El teatro del placer donde cuelgan mujeres violadas
Aquí lo que importa es el dinero, no las mariconadas
Ni Martina ni el resto de las prostitutas se quejan ante diabólicos clientes
Ahogada en la sumisión, no tiene otra opción, ni siquiera tiene dientes
Por lo menos ascendió unos pocos peldaños
Ya no duerme en la basura ni recoge latas, como hacía hace algunos años (24)
“Toma un poco, esto es poder”
Acepta un poco y comienza a oler
La intensidad del momento crece, casi instantáneamente
Ambos depravados siguen pudriéndose inevitablemente
Puta, ramera, cabaretera, perra, prostituta, meretriz o jinetera
A Martina no le interesan esos nombres, ella vende su cuerpo y es sincera
La aguja del reloj acaba de cambiar, ya se consumió aquella hora
Se detiene, se pone de pie, se coloca su ropa (por dentro llora)
El hombre se levanta, escupe en la alfombra, se viste y se retira
Martina se queda sola en su habitación
Son las 2:15 de la mañana: por hoy, no más prostitución, no más interacción
Recoge el dinero de la mesa de noche y abre la bolsa del poder
Martina pasa el seguro a la puerta, no más prostitución, no más interacción
El momento es propicio para caer
Martina coge su pipa, la llena de vida y comienza a fumar
El poder no es nada (sigue fumando) comparado con este lugar
Se escuchan gritos y placeres, Martina y la piedra comienzan a jugar

sábado, 14 de marzo de 2009

Carta a un fantasma

Eres mi manía, mi adicción y mi vicio de mayor equivocación. Eres como una piedra en mi zapato, a veces molesta tanto esa santa piedrecita… a veces ni siquiera quiero verte. Te extraño, lamentablemente, aunque eso no es asunto que no sepas y no entiendo por qué mi ocioso pensamiento se empeña en repetírmelo a cada rato, como si yo tampoco lo supiera. Estás más aquí que allá, estás en mis fotos, en mis paredes, en mi camisa blanca que no quiero lavar sólo porque tiene tu olor debajo de mi almohada. Debería ser invisible, esta vez hablo de mí, quisiera tener súper poderes o inventarme un cuento chino a ver si por fin la gente y su insoportable instinto de curiosidad dejan de preguntarme por tí de una vez por todas, por cómo me siento al respecto, por tu ausencia, como si nunca se les ocurriese que no se me antoja hablar de los muertos. Y para sopesar aún más mi patética situación resulta que sigo en cola, pero mi rostro debe conservar la misma sonrisa de siempre para evitar un escándolo histérico y desenfrenado. En fin… todo bien, como se supone que debería estar, aún no he perdido la cordura por completo y he decidido alejarme del alcohol por un tiempo, ahora sigo una vida normal común y corriente, donde impera una terrible monotonía que espero no me dure para siempre.

martes, 10 de marzo de 2009

El Zapping es más dadaísta que tú.



Y dijo el televisor:

---ssshhhppp

- Por algo que yo descubrí, por mí mismo.
Júrame que no vas a decir nada...
Olimpia y Facundo Montoya son amantes.

---ssshhhppp

- Eso lo estás inventando tú.
- Sí, seguro, como también estoy inventando lo del perfumito a mujer que tienes encima, o los cuellos pintados de rojo que tienen casi todas tus camisas, o el tacón rosado que encontré anoche en el carro mientras dormías... todo eso lo inventé porque estamos en una cámara indiscreta donde mi papel es enardecer tu cabeza hasta que explote.

---ssshhhppp

- Entonces, tú estás diciendo que este caballero a tu lado, quien tiene 15 años de matrimonio contigo, quien se hace llamar el padre de tus ocho hijos, quien te pega cada vez que llega borracho a la casa... vendió todas tus joyas para comprarle un carro a la señorita Alicia, quien por cierto... está aquí, esta noche con nosotros... ¡Qué pase la amante!

(3 segundos después)

- Y bueno, pero ya, no se peleen así, ¿aquí somos adultos no? Ahora, yo tengo unas fotos donde tu marido evidentemente no está dándole la hora a Alicia y tocandole sus part...

---ssshhhppp

- Y por si fuera poco, esta oferta no incluye solamente su Extracoquinaizer 2300 y el aditivo especial para personas alcohólicas... ¡No!
Si llama ya, le incluiremos, sin recargo alguno, la novedosa creación que ha revolucionado la moda parisina y las tendencias económicas de la bolsa en Nueva York: el increíble Abtronic...

---ssshhhppp

- En este momento la venenosa serpiente se enrrolla en posición de ataque y se prepara para atacarme. Es muy importante que no hagan esto en casa, pero lo que voy a hacer es algo sorprendete...
¡Hey! Culeeeebra... ¿tienes novio o eres estúpid...

---ssshhhppp

- Y en otras noticias, el ministro para el poder popular del estilo, el capitán de navío (retirado) Sir Jimmy Wilkinson López Cabello, ha declarado que los últimos ataques a tiendas de ropa importada no responden sino a un intento desesperado por factores de la fea y despeinada oposición venezolana, que a pesar de...

---ssshhhppp

- A continuación: Himno de la República Bolivariana de Venezuela.
Letra: Valentín Santana.
Música: Lloviznando Cantos.

(fondo musical)
- Bajo tu invencible poder ignominioso,
los precoces gritos de esperanza resonaron.
Y bajaron...

---ssshhhppp

[VALE TV]

---ssshhhppp

- Una producción independien...

---ssshhhppp

- Virgo: ....

---ssshhhppp
---ssshhhppp
---ssshhhppp
---ssshhhppp

Power

jueves, 5 de marzo de 2009

Qué Mal Que Manejé El Aparato.


No sé si hoy es un día de bondades. Tampoco sé si es un día lleno de gloria, sol y abundancia. No creo, de hecho, que hoy termine el terror planeta y que los colores sean distintos para acabar con el aburrimiento. Pongo en duda cualquier esperanza infundada por la risa y me cuesta, a cuenta miles, que hoy la gente empiece a hablar de sí misma de una manera más controlada. Estoy seguro que inclusive hoy, ante la inminencia de un día nuevo, todos seguimos teniendo miedos.

Más precavido es el progreso, entonces. Será por algo de la cultura, de que fuimos capitanía general, de que nos mintieron con lo del Tercer Mundo o cualquier otro argumento sabatino problemático, no sé, pero pongo la ficha en que más diplomáticos son El Deseo y La Publicidad, temas universales, claro... ¿No?




El hecho es que hoy, con la mayúscula de la fecha y afirmando así cualquier condición temporal, soy capaz de emitir un grito al aire. Soy capaz, ahora, hoy, de un estrecho capricho latente, que a pesar de no marcar ninguna línea discursiva a lo largo de mis años, ha sido frenado por una indolente y planeada prudencia. Hoy, no ayer y no sé si mañana, soy capaz de escribir palabras que no serán devueltas.

No me gusta la gente que se templa a fuerza de desventuras.

Siembra y Sombra.

martes, 3 de marzo de 2009

Marinheiro só.

BOA NOITE COMUNIDADE,
MINHA MULHER
É UMA SANTIDADE.



Ella era nueva en el pueblo, traía consigo las cartas del capulelque y nunca antes habló de la herencia.

Se bajó del carro, abrió la reja, se montó de nuevo en el carro, lo estacionó en el puesto ideal, se bajó, cerró la reja, caminó hacia el porche y entró a la casa.

Cerró la puerta, miró alrededor, lo vio sentado en la ventana, caminó hacia él, se paró justo a unos pocos metros, pensó lo que iba a decir, abrió la boca y él la interrumpió.

Habló con ella, se despidió, abrió la puerta, cerró la puerta y se fue.

Se sintió sola y

Se atrevió a dejar las cosas sin terminar.

[ilustración y ridículo: Camilo Maldonado]

sábado, 28 de febrero de 2009

Comas

Libre de una prisión de palillos de madera fijos a la mesa pintada de verde como los extraterrestres de las comiquitas tontas que todo el mundo ve sonriente y a veces desarmado en risas sinceras y contagiosas como la enfermedad del placer sencillo y en muchos casos intenso como trozitos de ideas fugaces que apuntan hacia el vacío de la boca cerrada y apretujada por dientes rabiosos de color amarillo pared con toques de café con verde difuso y un poco de suspenso sepulcral al momento de encogerse entre bostezos sin ojos cerrados/arrugados en la frente de una anciana coleccionista de flores callejeras y a los pies de una piñata muerta acompañando a la basura con carcajadas de papel rojo refresco detras del caballero de los bigotes despeinados y sucios como el agua de un baño público nominado al premio de la Academia de la desviación sanitaria donde no existen comas ni lo sensato.

jueves, 12 de febrero de 2009

Pelos en la lengua

“Odio los buenos días”, pensaba mientras era tambaleado por el vagón. Me harta eso de entrar a cualquier sitio siempre precedido por la misma frase hipócrita, automática, como esas puertas que hay en los bancos, o en las grandes cadenas de supermercados, que se abren antes de que lo necesites.

Altamira. Después de algunos empujones, aquí me quedo. Me refugio sobre algún banquito de la plaza mientras espero a mi socio. Desde que regresé, han puesto rejas en la grama. “Ya uno no puede echarse por ahí”, me dije. Después de un rato, lo vi cruzar la calle y acercarse a mí. Traía un andar de emergencias y me enseñaba los dientes, como si eso repusiera los cigarrillos que había consumido mientras esperaba. Hay algo que odio más que los buenos días, y eso es los simulacros de sonrisas, que después de un rato empiezan a molestarte en las mejillas, como las que llevan puestas las Barbies y los candidatos presidenciales; como la que llevaba él en ese momento. “Ni siquiera las putas usan algo así”, pensé.

Imaginé, durante los pocos minutos que él demoró en llegar hasta mí, cómo sería la conversación que sostendríamos inevitablemente, probablemente parecida al tráfico de las 6. Comenzaría, definitivamente, con la irremediable frase que tanto detestaba; luego, seguramente preguntaría cómo me encontraba, yo respondería irreflexivamente con alguna mentira, y, acto seguido, él esperaría que yo inquiriera lo mismo para poder soltarme algún discursillo preparado (y quién sabe cuantas veces repetido a cuanta cantidad de gente) y empezar a sacar fotos de su billetera. ¿Por qué tendría que importarme cómo se encuentra alguien a quien no he visto en más de diez años? “Es como esas cursilerías de felicitar a alguien con quien nunca he cruzado más dos palabras por su cumpleaños, o el típico ‘lo siento mucho’ que se escucha en los funerales”, me dije mientras me ponía de pie y le tendía la mano a la alta y cambiada figura, antes tan familiar, que se detenía en ese momento frente a mí.

Me pregunto en qué momento dejamos de lado la verdad para sustituirla por la buena educación.

-Buenos días.
-Buenos días.

viernes, 6 de febrero de 2009


Cuando soy un salón desordenado, me como los pupitres y escribo en la frente de los alumnos, cuelgo la papelera del techo y le cuento chistes al pizarrón que se desternilla de la risa, apago la luz y prendo velas que se creen sombras.


Cuando soy un salón ordenado, cuento mis ladrillos, sumo, divido, multiplico y resto lunares al piso, es fácil, cierro los ojos y los miro con las pestañas. Cuando soy un salón ordenado, yo, me rasco las luces.


Si mi nariz no combina con mi lengua, ni mi cabello con mis vellos, entonces... ¿dónde debo ponerme las cejas?


Pienso. Pero soy un salón y también un pupitre.













A las cotufas no les gusta Barthes

Encandilado por su fluorescencia se deja opacar por su necia y manchada incertidumbre, hasta que el momento inevitable del querer y no poder arriba.
No pensar más en el asunto no fue tan difícil. Guardé los boletos en la gaveta, junto a viejos folletos y los demás boletos. El mundo estaba en el cajón de madera y yo encerrado afuera.
Encerrado en una espera agobiante, enfermiza. Y ni siquiera podía comprender las razones por la que me era imposible el escape.
Siempre ha sido mi excusa, buscar lo imposible de lo posible y nunca lo posible de lo imposible. Dos letras que te cierran las puertas. Y aquí estamos, dolor en las nalgas, solos en un callejón rodeados de basura.
Con ese olor nauseabundo tan característico del que no ha perdido nada.
Porque olvidó lo que perdia.

jueves, 5 de febrero de 2009

Impresión 1


La gente está distraída, actúa automáticamente. No se detienen bajo ninguna circunstancia que no lo amerite. Todos se encuentran en un estado de de letargo mental subconsciente, quizá, obligados. Tropiezan entre sí. Se insultan cuando alguien los saca violentamente de su refugio cerebral. Es normal, son verdaderamente incómodos los empujones repentinos. Se miran. Se escrutan. Todos somos juzgados fugazmente por algún par de ojos.



-Se le agradece a los señores usuarios no obstaculizar el cierre de las puertas ya que esto ocasiona retrasos innecesarios al tren.

En ese momento, alguno de los escuchas se ríe mostrando unos dientes deformes, alegre por haber podido entrar torpemente al vagón. Por haber entrado y haber ocasionado uno de estos retrasos de los que habla el conductor.

-Odio mi trabajo.



La mezcla de olores es tremenda. Hay una variada gama, para todos los gustos y disgustos. Perfumes baratos, de esos que imitan a otros. Bocas sin lavar (o mal cepilladas), de esas que apestan. Axilas sudadas, de esas que chamuscan vellos nasales. Gel para el cabello, de esos que lo pudren poco a poco. Vomito fresco, de esos que incitan a vomitar algo más desagradable aún. Cigarrillos, de esos que cuesta dejar. Comida, de esa que llevan en la mano o que acaba de ser engullida. Alcohol, de ese que no se despega hasta que uno se bañe. Huele a descontento, ese que todos llevamos por dentro inevitablemente.



-No, marico, yo le dije que fuese seria, que no era para tanto. Ella estaba clara de con quien se estaba empatando. Yo se lo dejé muy claro a la carajita esa. ¡No joda! Ella se arrecha por…

-…! Por favor! ¿Cómo puedes soportar a un carajo así? Eso es falta de autoestima. Tienes que quererte un poquito más, mamita. Yo, como tu amiga, te recomiendo que pienses bien las co…

-¡Coño de la madre! Chamo, que bolas. No me lo vas a creer. Volví a dejar preñada a Andrea y esta vez creo que quiere tenerlo, de pana y todo. Ya no sé que voy a hacer, rata. Estoy bien…

-…bienvenido sea entonces. Que bueno que ésta vez sí lo lograron. Me alegro mucho, mijita. Te lo mereces por tener paciencia y empeño en lo que quieres. Después de tantos intentos, ya era hora. ¿Qué nombre le vas a…

-¡Háblame, el mío! ¿Todo fino? Tenía tiempo sin verte, won, tas’ perdío.

Inevitables conexiones de discursos. Me gusta escuchar de más.



Me pregunto si la gente se da cuenta que, sin ninguna razón aparente, siempre hay un torniquete que absolutamente nadie usa…

miércoles, 4 de febrero de 2009

Red Bull con CocaCola.

La cuestión es así, desde entonces no he vuelto más para allá.
Yo le dije que no me gritara más y me gritó.
Que no me levantara la mano y la levantó más,
(tengo un problema con las manos que están más arriba de mi cabeza).
Por fin cuando le dió por retirarse me dijo que la CocaCola no era sino un veneno social, un tentáculo del imperio, la pistola de Ronald McDonald, la trenza que amarraba la bota del dictador latinoaméricano instruído in the School of Americas, la manzana ponzoñosa del Tío Sam, etc.
Después de eso, lo vinieron a buscar... en un carrito de esos que tienen un Red Bull gigante montado en el techo, como un bacalao gigante de Scott.
Yo, inmediatamente, me puse a pensar en la relación que mantenía el Red Bull con la CocaCola.
Ambas bebidas poseen dos letras mayúsculas implícitas en su nombre.
Una de ellas te activa y la otra... también.
Cafeína y taurina.
Fondo rojo y letras blancas Vs. Fondo amarillo y toros rojos.
¡Qué ganas de chillar en colores!
Las corridas de toros pueden ser ofensivas para algunos, bellas para otros e inaceptables para mí pero la invasión cultural en la que se han basado las ventas de CocaCola no tiene parangón.

A continuación, agregamos en un bol tres tazas de Red Bull y dos de CocaCola.
Sal y pimienta al susto.



No más sindicalistas muertos en Colombia.
No más corridas de toros.
No más gente insensata.
No más indigentes muertos en Illinois.
No más CocaCola en las calles de Caripe.

Boa noite.

lunes, 2 de febrero de 2009

Rojo del bueno


Rojo del bueno.
Res-tos Res-piran

domingo, 1 de febrero de 2009

De cuando aprendí a menstruar

De cuando aprendí a menstruar.

Los rayos catódicos de Dr Oblivion (nombre con el que nada mas aparece en televisión) me gritan
-¡La televisión es la retina de la mente. Yo tenía un tumor y alucinaba. Prefiero pensar que las alucinaciones causaron el tumor y no de otro modo!
Me rompo las lagañas con las uñas. Universidad, trabajo, nada de eso es 2 de febrero, sintonizo la retina de mi cerebro, en alguno de los medios-medias repletos de pie de atleta. Escotes de mujer moderna y micrófonos eyeculadores de espuma, anuncian, una excitante marcha ovular por aquí y por allá.
Si Venezuela es la reina de la menstruación dolorosa, ¿por qué yo no menstruo?
Al toparme con el inconveniente obvio del género y esas necedades de la evolución, mis globos oculares siguen la voz a la caja de colores.
Un hombre canoso, escupiendo un poco antes de succionar el micrófono, como porno amateur del centro une morfemas, palabras, verbos y bolo alimenticio, Ája ahí salio como mierda de camionero una idea, leo debajo de su camisa entre una franja azul-blanca, Vice-presidente.
=) ahora todo funciona mejor, pienso ¡Qué emoción mi primera menstruación!, del ano empieza a brotar liquido rojizo espeso, grumoso con pelos, HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Ese era el secreto, pongo mi canal del estado con calidad de video de Las Chicas del Can, y me siento orgulloso, pura Polución audiovisual.
Inmediatamente, una vez manchado mi pantalón con la sangre de la revolución, pura dura sabrosa, adolescente, salgo a comprar una camisa del Ché porque necesito, Verme como un comunista, ya tengo 13 añitos, No controles mis vestidos, después de darle dinero a transnacionales para una contradicción pequeña, me compro un celular del precio de un riñón, dos botellas de whisky mayores de edad para mi marcha populista.
Par de poemas, con olor a afeitadora de burdel recién menstruados, y me voy a reunir con mis chorreados compañeros de causa, todos nos mostramos los anos ensangrentados, nos sentimos orgullosos, de ser menstruados y menstruar y en nuestra pirámide de sangrecita agria, rica para chupar a los de arriba y hacer chupar a los de abajo, nos sentimos todos muy bien.
Ahora que encontré el secreto para menstruar voy a poner tres pasos simples.
1) Apoyar cegadamente el puño contra el recto de forma oblicua.
2) Creer todo lo que puedas, y gemir porque tu puño ya te rompió todas las venas q pudo, después de las lagrimas quedarte dormido.
3) a la mañana siguiente, debes levantarte y quitarte las lagañas con las uñas prender la televisión y sacar el puño de la cavidad rectal.

Nota: si no funciona a la primera, sigue intentando, Todos podemos menstruar =)

viernes, 23 de enero de 2009

Acceder

- Yo de verdad creo que lo que hizo estuvo muy muy bien. Tenía que hacerlo así, de otro modo, no habría resultado. ¿Te imaginas? La locura no siempre es el mejor argumento para justificar las acciones.
- Ella quería que su cartelera quedara perfecta, claro, si hubiese sido la mía qué carrizo importa.
Se tuvo que esconder porque venía alguien no tan agradable. Un murciélago pasó volando, pero no se quedó a escuchar nada, no es una criatura curiosa. ¿Cómo sería el mundo lleno de murciélagos y lámparas? Unos que sólo vuelan y otras que sólo alumbran, hasta los más grandes secretos serían concreto.