martes, 19 de mayo de 2009

Un cadaver inglés

Hagamos un cadaver exquisito, delicioso, simpático, un poco podrido y repleto de secreciones nasales. Escribe antes que devore tu cerebro como un dulce. Puntos suspensivos.
Habla, abla, bla, la ¡aaah! No hay nadie en el cuarto, sólo respiraciones sin vida, muertos cuyas exhalaciones traspasan los vidrios y salen a la nada, más nada. Gesticula y a veces escupe, sin darse cuenta que es conciente de que está hablando sola. Bla, bla, bla, blahhh...
Todo lo que digo de noche parece sólo un bla bla bla... palabras sin ningún destinatario, palabras al aire, ondas de sonido expandiéndose por la habitación, chocando con las paredes... pero hablo contigo, que no te veo pero te siento, que no te veo pero sé que estás ahí.
Y sigues siendo bella aún así, cuando te veo y cuando no, cuando estás y no estás. Has hecho que mis ojos, fieras negras ardiendo en llamas, se derritan por la forma en que me miras.
Te ordeno que no me sigas mirando con esos ojos afilados, quítatelos y guárdalos en tu bolsillo favorito, libre de suciedad. Y déjame jugar con tus cuencas, ¡diviérteme!

1 comentario:

  1. Los cadáveres no deberían hacerse sin previa consulta a la asamblea. Pero si quieren segrui tripeando, por lo menos pongan un nombre, algo quelos identifique; un enunciado.

    ResponderEliminar