martes, 3 de marzo de 2009

Marinheiro só.

BOA NOITE COMUNIDADE,
MINHA MULHER
É UMA SANTIDADE.



Ella era nueva en el pueblo, traía consigo las cartas del capulelque y nunca antes habló de la herencia.

Se bajó del carro, abrió la reja, se montó de nuevo en el carro, lo estacionó en el puesto ideal, se bajó, cerró la reja, caminó hacia el porche y entró a la casa.

Cerró la puerta, miró alrededor, lo vio sentado en la ventana, caminó hacia él, se paró justo a unos pocos metros, pensó lo que iba a decir, abrió la boca y él la interrumpió.

Habló con ella, se despidió, abrió la puerta, cerró la puerta y se fue.

Se sintió sola y

Se atrevió a dejar las cosas sin terminar.

[ilustración y ridículo: Camilo Maldonado]

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