sábado, 28 de marzo de 2009

Big Boss


Todas ceden ante el encanto del inminente galán. Es el que las pone a bailar de cabeza y las hurga sin que se den cuenta. Un día te enamoró, otro día te violó y el otro te botó, y no te diste cuenta. Es el Jefe, el que corta el bacalao, la rata más sucia de todas, el hombre de las palabras certeras y dueño de todo lo que encontró hurgando en ti. No cree pero en nadie. Él habla sumamente claro y te escupe mientras lo hace; así, pisando adelante, sin frenos ni pedales. Este cabrón no tiene modales. Se deshace de todas cuando lo considera prudente, como un gurú erótico que suelta improperios mientras pisa hacia delante (y pisa a la gente). No hay ser más duro que ese maldito; él es El Maldito. Coordina orgías a su antojo, hacia delante y hacia atrás. Las féminas se sienten atraídas tarde o temprano por el macho alpha; el inminente galán soltó las redes, pescó y seleccionó la sardinita que más le llamó la atención. Es tan duro que hablándoles con violencia y sinceridad las chicas no ven otra opción que ceder. A su lado, no joda, Chuck Norris (el prohibido e innombrable) es devuelto a su infancia, “Cuando eras carajito y cagabas verde, tú comías compota y yo comía con putas”, le diría él.

Es El Pastor de las niñas bonitas resbaladizas. Líder supremo de las nalgas puestas en fila cómodamente, el hombre es un verdugo que ni las consiente. Repito, este individuo es inminente. Puro poder.


(Aplausos amputados)

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