Sigo siendo una papelera roja sobre el piso. Yo no digo nada sólo escucho de más y pienso, a ratos me aburro verticalmente, llena de desperdicios y recuerdos, de basura y trozos.
¿Por qué tanta intensidad? Algo así como los rebeldes de las letras, los iconoclastas renegados, los destellos del sol que se filtran a través de la pared y copulan con el humo.Cigarros aplastados. Cigarros fumados. Cigarros muertos. Silencios nocturnos. Por las noches, me pudro en el aburrimiento, pienso en suicidarme pero no sé como hacerlo; no puedo moverme.
Soy una papelera pero también soy basura y hojas, restos de historias y vivencias cotidianas. Vicios y virtudes licuadas. Estoy desnudo, firme y no creo en nadie; a veces me quitan el sombrero negro y me arrojan cajas grandes de pizza. No importa, son sólo coágulos, coágulos de gente, de comida, de líneas, de colores, coágulos de letras. Coágulos de apatía, de días e ironías.
Soy una papelera roja y sin mayúsculas.
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Ya me aburrí de las papeleras...
ResponderEliminarSí, yo también
ResponderEliminarYo no, son bien chéveres ellas... =)
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