lunes, 18 de mayo de 2009

una papelera roja

Sigo siendo una papelera roja sobre el piso. Yo no digo nada sólo escucho de más y pienso, a ratos me aburro verticalmente, llena de desperdicios y recuerdos, de basura y trozos.

¿Por qué tanta intensidad? Algo así como los rebeldes de las letras, los iconoclastas renegados, los destellos del sol que se filtran a través de la pared y copulan con el humo.Cigarros aplastados. Cigarros fumados. Cigarros muertos. Silencios nocturnos. Por las noches, me pudro en el aburrimiento, pienso en suicidarme pero no sé como hacerlo; no puedo moverme.

Soy una papelera pero también soy basura y hojas, restos de historias y vivencias cotidianas. Vicios y virtudes licuadas. Estoy desnudo, firme y no creo en nadie; a veces me quitan el sombrero negro y me arrojan cajas grandes de pizza. No importa, son sólo coágulos, coágulos de gente, de comida, de líneas, de colores, coágulos de letras. Coágulos de apatía, de días e ironías.

Soy una papelera roja y sin mayúsculas.

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